domingo, 5 de octubre de 2008

Principios de pedagogía masónica implícitos en sus Ritos y en sus símbolos



1. El Mundo es una realidad dada, surgida de un principio creador, material o espiritual sobre el que la masonería no se pronuncia- natura naturans-, y es también un proyecto inconcluso, es un Mundo que el ser humano hace habitable humanizándolo.

2. La Masonería considera al hombre y a la mujer, constructores de sí mismos y del Mundo, en pie de igualdad.

3. A pesar de las incoherencias y del caos evidente del Mundo es posible ver una armonía, un orden subyacente con el que podemos colaborar y del que depende la felicidad del ser humano que es un ser llamado a la libertad propia y a contribuir a la generación de condiciones para la libertad de todos los seres humanos.

4. El ser humano –varón y mujer- es alguien inacabado, -que se hace mediante sus proyectos y actos- llamado a construirse permanentemente en compañía de otros con los que comparte amor y reconocimiento. El ser humano es un ser llamado a la búsqueda de la “Maestría” de sí mismo.

5. El masón debe ser una persona que continuamente se pregunta por sí mismo, por los demás y por los fenómenos que le rodean; es un viator en búsqueda del esclarecimiento.

6. Todo masón –mujer o varón- se debe a sí mismo el respeto a su originalidad, a esas condiciones que lo hacen singular, razón por la cual debe ser conocido y atendido de acuerdo con estas características, y debe ese mismo respeto a sus hermanos, y a todos los seres humanos.

7. Cada masón y masona se obliga a la búsqueda de la Sabiduría y al desarrollo de sus capacidades intelectuales, cualesquiera que estas sean, para alcanzar una mejor comprensión del mundo, de sí mismo y de los demás.

8. Cada masón y masona está comprometido, con toda la Fuerza moral de que sea capaz en la defensa y promoción de la dignidad humana proclamada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que son también deberes mutuos.

9. La Belleza es un objetivo del trabajo masónico, y debemos valorar todos los esfuerzos del ser humano por alcanzarla y gozarla a través de todas las Artes; la masonería asume además que la existencia misma puede llegar a ser una obra de Arte.

10. Considera el Mundo desde una perspectiva positiva donde es posible el Amor, la Paz y la Alegría, pero no ignora que la realidad del mundo y del hombre es ambigua. Hay también un lado oscuro en la realidad y en el corazón del ser humano donde puede nacer odio, violencia y tristeza, por eso la conciencia del masón debe estar alerta para trabajar por las mejores posibilidades y no por las peores; tener una visión positiva no elimina la posibilidad del mal personal y social, por el cual tanto las personas, como el propio Mundo pueden ser destruidos moral y físicamente.

11. La masonería no nos obliga a una creencia religiosa positiva determinada, ni tampoco a la increencia, pero sí a considerar con espíritu crítico, respeto y pietas el enigma de la existencia.

12. El uso de los bienes materiales está también sometido a la Regla y Medida de la construcción masónica que nos debe hacer primar el Ser sobre el Tener.

Masonería en Francia. L'Express


Francmasonería:

Las respuestas de los senadores.

L' Express planteó tres preguntas a cada uno de los aspirantes a la Presidencia del Senado. He aquí sus respuestas íntegras.

¿Qué representa, para ustedes, la francmasonería? ¿Cuál es su papel en la sociedad francesa? ¿Cuál es su influencia en la redacción y el voto de las leyes?

Los dos principales rivales: Jean-Pierre Raffarin et Gérard Larcher.

Jean-Pierre Raffarin, senador UMP de la Vienne:

La Francmasonería es para mí una escuela de pensamiento antes de ser una organización. La reflexión filosófica que desarrolla penetra en la sociedad a través de valores como la laicidad, la fraternidad, el humanismo. Para la ley contra el velo en la escuela, para la laicidad, fui beneficiado en 2004 con un verdadero apoyo de los francmasones en todos los grupos de la Asamblea y del Senado.

Gérard Larcher, senador UMP de Yvelines:
Para mí, la francmasonería es una familia de reflexión y pensamiento que hunde sus raíces en el Siglo de las Luces. A través del papel importante que jugó bajo la III República, donde muchos de sus valores inspiraron legislaciones fundadoras, contribuyó a construir nuestra democracia.Más profundamente, el movimiento masón compone a mi juicio círculos de espiritualidad no religiosa cuyas preocupaciones humanistas e interrogaciones ante el misterio de la vida no dejan de hacer eco en mi fe y en mi compromiso cristiano.Respecto al hecho religioso, es una espiritualidad de acción, comprometida con su tiempo, donde la contemplación no tiene un lugar principal. No me imagino por ejemplo una masonería monacal. Sin embargo, como las Iglesias, la masonería desarrolla un sentimiento de participación comunitaria, factor de identidad y de solidaridad. Como las Iglesias y como la República, predica la fraternidad.Habida cuenta de este sentimiento, la influencia de la francmasonería no me parece ni más ni menos importante que la de otras fuertes comunidades de pensamiento de nuestro país que se implican en la vida social. No es necesario imaginarse nada fantástico a causa del halo de secreto que rodea el movimiento masón. Para el voto de las leyes, no existe un "bloque masón". Hay reparto, igualitario en mi opinión, entre la derecha y la izquierda.

Los senadores Philippe Marini et Jean-Claude Gaudin.
Jean-Claude Gaudin, senador UMP de Bouches-du Rhône:Es una sociedad de pensamiento filosófica cuyos miembros se funden en los principios republicanos de libertad, igualdad y fraternidad. Numerosos hombres políticos, que desempeñaron un papel importante en nuestro país, han sido inspirados de su humanismo para conducir su acción al servicio de sus conciudadanos. Mi pasado de profesor me lleva a citar, entre otros muchos, a Jules Ferry que instauró la escuela laica obligatoria.

Philippe Marini, senador UMP de Oise:
¿Cuál es su influencia en la redacción y el voto de las leyes? Ninguna influencia sobre la redacción y el voto de las leyes como organización. Pero es portadora de conceptos, valores (en una diferente dosificación según las obediencias) y personas impregnadas de estos conceptos pueden participar en la confección de las leyes.

Alain Lambert, senador UMP de Orne:
La francmasonería es en mi opinión, una asociación de hombres y de mujeres que quieren hacer progresar la sociedad. Tengo numerosos amigos francmasones en partidos políticos y soy siempre impactado por su tolerancia y la diversidad de sus creencias. Algunos son ateos, otros creen en Dios. Políticamente algunos son de derechas, otros de izquierda.

¿Cuál es el peso de la amistad o de la solidaridad francmasona en la elección del Presidente del Senado?

Jean-Pierre Raffarin:
No creo qua haya un voto francmasón, no hay mas que un voto gaulista o un voto centrista. Las redes existen, mantienen los contactos, la proximidad entre todos los miembros, pero cada uno es libre de su voto.

Gérard Larcher:
Si, en esta cuestión, la palabra "francmasón" fuese reemplazada por la palabra "cristiano", creo que algunos podrían chocar. Para responder a eso, diré que por lo que yo conozco el último Presidente francmasón fue Gastón Monnerville y ¡su último mandato expiró hace cerca de 40 años! No se puede pues decir que la pertenencia masónica sea un factor determinante para la elección del Presidente del Senado. No obstante, el voto para esta elección es un voto individual que se hace en conciencia, en un secreto aislado. Se supone que los valores defendidos por los candidatos desempeñan un papel importante en la elección de sus colegas. El carácter republicano del compromiso de unos y otros es un criterio importante.

El senador UMP del Orne y antiguo ministro delegadodel Presupuesto Alain Lambert.

Jean-Claude Gaudin:
Se atribuye a la francmasonería, gracias a la solidaridad de sus miembros, una determinada influencia en el mundo político. Juega quizá para la elección del Presidente del Senado, pero no es solo para esto. Se manifiesta también entre los miembros de una misma familia política y por las amistades personales. De cualquier forma, un candidato a la Presidencia debe hacer valer una cierta experiencia y haber manifestado su compromiso en busca del consenso.

Philippe Marini:
Hay en el Senado distintos círculos, según la geografía, las afinidades religiosas etc. Las sociedades filosóficas tiene su lugar, no un lugar exclusivo, pero forman parte de la alquimia. Estas amistades no bastan pues, son unos círculos entre otros.

Alain Lambert:
Nada que yo conozca. En cualquier caso, nadie al parecer habla de ello.

¿Sois, o habéis sido miembro de una obediencia masónica?, si es que si, ¿de cual?

Jean-Pierre Raffarin:
No soy ni he sido miembro de una obediencia masónica.

Gérard Larcher:
No. No soy y no he sido francmasón. Los que me atribuyen esta calidad se equivocan. Pero ya he sido invitado a reuniones masonas abiertas para presentar la manera en que concebía expedientes como la ordenación del territorio o, más recientemente, el hospital. Añado que no considero de ninguna manera vejatorio ver como se me ha dado erróneamente ese título.

Juan-Claude Gaudin:
Nunca lo he sido, y no lo soy, miembro de una obediencia masónica. En el ejercicio de las distintas responsabilidades que me confiaron los electores, siempre me he inspirado en los principios de la democracia cristiana por la cual soy elegido, y que muy a menudo coinciden con los de la francmasonería.

Philippe Marini:
Formo parte del grupo de pensadores de las Asambleas parlamentarias, que tienen su lugar junto a Santa Clotilde, y soy Vicepresidente del grupo Francia/Santa Sede. Para el resto, juego mi comodín.

Alain Lambert:
No


[Traducción: Julio Poncela]